Encuentro con el Gran Espíritu

 

Ritual de Iniciación del Nuevo Chamán

Comenzamos el ritual de iniciación para cerrar este tiempo de aprendizaje en la Senda del Chamán.

Nos va indicando el Maestro que pasos vamos a seguir, aunque muchos otros nos aparecerán por sorpresa.

Entramos en Visión y salimos por la puerta a un gran poblado, donde nos esperan nuestros Animales de Poder, los maestros y guías que hemos ido contactando en todo nuestro camino de vuelta al Origen, nuestra Familia Chamana, la Tribu, nuestros ancestros y la familia de sangre de esta realidad ordinaria.

Llego al lugar y dos mujeres me cogen de la mano y me conducen hasta una tienda. Allí comienzan a trenzarme el pelo, con abalorios de color ámbar y turquesa. Van colocando también unas plumas de pavo real, mi Nahual. Me ponen un vestido hecho de fina piel, con flecos en la falda y pelaje adornando los flancos de las mangas. Un cinturón rodea el vestido, tejido con abalorios de colores.

Llevo un collar de cintas de cuero y colmillos que cuelgan hasta mi pecho. Me pintan la cara, la frente, alrededor de los ojos, la barbilla, y van dibujando en cada mejilla el ojo de la pluma de mi nahual.

Frotando sobre la piedra el mineral, cogiendo con el dedo el polvo gris, van dibujando en mis tobillos unos símbolos que solo ellas conocen. Luego más mineral molido, de color rojizo, y trazan con su índice una espiral en cada una de las palmas de mi mano que se adentra hasta el antebrazo.

Cuando ya han terminado, una anciana desconocida entra en la cabaña y con su dedo índice pone en mi frente su huella teñida de blanco, y luego se marcha sin mediar palabra, y yo quedo sorprendida porque no esperaba que estuviese allí, no la  reconozco….

Ahora las mujeres que me han vestido me acompañan fuera de la tienda, ya ha anochecido, y una gran hoguera está encendida esperando a los iniciados. Alrededor del fuego ritual, un pequeño círculo de piedras pintadas de blanco, y nos indican entrar en ese círculo especialmente trazado para nosotros.

Nos cogemos de la mano, puedo ver a cada uno de mis compañeros, reconozco sus rostros llenos de emoción como el mío. Danzamos alrededor del fuego mientras los tambores y los cánticos nos acompañan y al terminar la danza nos damos la vuelta, de espaldas al fuego, y siento que se pone frente a mí un Gran Jefe, sabio anciano, con su tocado de plumas y un semblante sereno.

Me mira a los ojos y pone sus manos sobre mis hombros, yo me conmuevo y mientras mira al cielo dice: Gran Espíritu, esta es Yuah Nipi, tu hija, nuestra hermana, reconócela por su nombre y guía siempre su camino.

Siento que la emoción se adueña de mí, me desborda el sentimiento de ser acogida por el Gran espíritu, por toda la tribu, y en medio de esta emoción me dice: ahora ya puedes iniciar tu camino, para encontrarte contigo misma en los años que están por llegar.

Miro al horizonte y veo un hermoso caballo galopando veloz por la llanura, levantando a su paso un sendero de polvo de la tierra madre rojiza, y siento que es mi espíritu de buscadora incansable que se me manifiesta en esta forma.

Comienzo a caminar con los pies descalzos por esa llanura, empuñando en mi mano la maraca y unas plumas. Por fin llego a un lugar en lo alto de una montaña, recortada en el cielo estrellado, y allí puedo ver a una anciana sentada en el suelo, con su pelo gris trenzado. Está frente a un pequeño fuego y me asomo para ver su rostro; soy Yo ! muchos años en el futuro lejano. Me reconozco con asombro y ahora sé que es ella la mujer que entró en la cabaña para poner su huella en mi frente, viajó por todo el tiempo para buscarme y mostrarme el camino de vuelta a Casa.

Me siento a su lado, y mirando al cielo me va explicando la Vida, la Sabiduría que ha ido recopilando en estos años que nos separan, me dice que esté tranquila porque ya estoy haciendo mi camino, siento que ella estará siempre a mi lado hasta que me convierta en lo que ya soy….le pregunto como puedo sanar, cuál será mi medicina, y me entrega con sus manos arrugadas unos cuantos huesos tallados en forma de afiladas agujas que va impregnando en un ungüento que ella misma ha preparado, luego va atando al huesecillo una pluma de pavo real, y lo coloca en una cerbatana, que soplará sobre un paciente.

Se me van mostrando en visión varias plantas, aloe, helecho, cactus y algunas flores y frutos, esa es mi Medicina. El ungüento en forma de “veneno” que hará que quien lo reciba entre una catarsis espiritual, que le conectará con su nueva conciencia, visionando la realidad cotidiana para trascender su propio yo y llegar al Ser.

Después de esto toma mi mano derecha, y corta la palma con un cuchillo de hueso. La sangre va brotando y yo la cruzo sobre mi rostro, ungiéndolo con esa esencia, y luego pongo mi palma contra la suya, y veo allí la cicatriz de su herida hecha ya hace largo tiempo, y que yo llevo recién abierta, y fundimos nuestras manos enlazando el tiempo que nos separa.

Regreso al poblado donde está mi tribu, y vuelvo a entrar en la cabaña, allí el Gran Jefe me susurra al oído: recuerda tu nombre Yuah Nipi, yo le pregunto si puedo compartirlo con la tribu, y me contesta; sólo cuando entiendas su significado. Le pregunto ahora para que sirve este nombre, y me dice: este es el nombre por el cual el Gran Espíritu te reconoce, es el nombre que te acompañará hasta convertirte en la mujer que ya eres, te conecta con la Chamana que ya has visto que hay en ti, la que te espera al final del tiempo.

Llena de emoción y agradecimiento salgo de la tienda, está amaneciendo, los hermanos de la tribu están ya en silencio, mostrando respeto hacia los recién Iniciados en la Visión, y nos despedimos para regresar cada uno a esa puerta que nos llevará de vuelta a esta Realidad Ordinaria, que ya nunca volverá a ser “ordinaria” para ninguno de nosotros.

Ahó ¡